Asif Kapadia, ganador en 2001 del la Concha de Oro en San Sebastián con El Guerrero, nos descubre una parte de la verdad –probablemente muchísimo más compleja– que se escondía tras la figura de uno de los mejores y más arriesgados pilotos que ha dado la Fórmula uno. Procedente de una familia acomodada brasileña, tuvo que ganarse el respeto de sus compañeros de profesión, para quienes su presencia respondía más a la de un niño pijo que a la de un auténtico piloto vocacional. Pero Senna supo ganarse a sus equipos con el corazón y sobre todo con un estilo de pilotar que le convirtió en ocasiones en un kamikaze del asfalto mojado. Todo eso lo ha sabido trasladar con mimo y muchísima emoción el director, a quien además hay que agradecerle que haya optado por un tono narrativo en off, haciendo que las entrevistas y los testimonios aparezcan, pero utilizando únicamente la voz de los protagonistas. Un eficaz montaje de algunos de sus mejores momentos en la pista junto con un interesantísimo y revelador material inédito, son también los elementos utilizados por Kapadia para completar su excelente retrato del piloto brasileño.
Senna es un testimonio único, un trabajo brillante que emocionará a los seguidores del mundo de las carreras y fascinará al resto del público: un ejemplo del buen momento que vive el cine de no-ficción, del que también tenemos películas como Inside Job o Let’s Make Money.
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