Simon Pegg y Nick Frost, dos cómicos sobradamente conocidos en el Reino Unido y un poco menos en EE.UU., se han encargado de escribir y protagonizar esta disparatada y paródica comedia sobre un alien macarra y malhablado llamado precisamente Paul, y para la que han contado como director con Greg Mottola, realizador responsable de comedias como Supersalidos o Adventureland.
No es su primera intervención como guionistas, sobre todo para Pegg, que lleva ya cuatro películas y una larga lista de series de televisión, y a la vista de los resultados en taquilla seguro que no será la última.
En esta ocasión, Pegg y Frost, siguiendo la línea abierta con su primer trabajo en el cine, la divertidísima Zomby’s Party –un poco menos en la siguiente, Arma Fatal, parodia del cine de acció– recorren algunos de los tópicos más conocidos del género de alienígenas, teniendo siempre presente que sus objetivos paródicos los encontramos en Mi amigo Mac y, sobretodo, E.T.. No vamos a desvelar situaciones o personajes, pero son evidentes las referencias a las películas del creador de esta última, Steven Sielberg, recorriendo las secuelas de Star Wars, la saga de Indina Jones y por su puesto sus Encuentros en la tercera fase. James Cameron, el otro tótem del cine comercial, está más que presente, él y sus Aliens –la presencia de Sigourney Weaver lo ratifica– o incluso Titanic. Pero la guinda se la llevan series como Expediente-X o clásicos de los sesenta como La conquista del espacio. Toda una retahíla de presencias –no en vano sus protagonistas, Graeme y Clive, son dos fanáticos que acuden anualmente a la cita con el Comic-Con de San Diego, la feria del cómic más friki y conocida de todo el planeta–, menciones, frases, diálogos y personajes, extraídos del diario de estos dos mitómanos. Todo aderezado con una sucesión de gags de resultado incierto e irregular, que es de lo que básicamente se nutre esta ensalada cinematográfica en forma de homenaje.
Hay que reconocer sin embargo que entre Simon y Nick existe una química especial más allá de la pantalla y en la que, probablemente, tiene mucho que ver su dilatada amistad. Otra cosa es que sus chistes, exaprubtos y gags nos resulten tan graciosos como a ellos. Y si dejamos al margen ciertas referencias tratadas con ingenio, la película no va más allá de la comedia comercial de enredo americana. La identidad británica y la incontinencia se aquella magnífica comedia con la que estos dos británicos parodiaban, también en idílico homenaje, las películas de zombies, se han visto empobrecidas en este tercer intento. El fuelle perdido en Arma fatal se hace evidente cuanto más contenida se vuelve su comedia. Una oportunidad que sin embargo sí ha sabido aprovechar la pareja de Little Britain (Matt Lucas y David Walliams) en su aproximación al mundo USA, demostrando los excesos de una sociedad a la que Simon Pegg y Nick Frost califican acertadamente de alienígena.
Más info.
No hay comentarios:
Publicar un comentario