jueves, 14 de abril de 2011

"Código fuente", entre monos y marmotas

Lo más grave de la mayoría de los thrillers de pseudo ciencia-ficción recientes, provenientes de Hollywood, es que casi todos destilan un cierto tufillo a dejà-vu.

En
Código fuente, película escrita por Ben Ripley y dirigida por Duncan Jones, hijo cinéfilo de David Bowie, casi todo nos suena demasiado. De entrada la historia se nos presenta como una especie de mini-12 Monos (Terry Gilliam) en la que un héroe de guerra debe viajar en el tiempo, tan sólo durante ocho minutos, para intentar localizar a un peligroso terrorista que ha puesto una bomba en el tren de Chicago. Y mientras transcurren los minutos, descubrimos que además del universo del Bruce Willis de 12 Monos, director y guionista nos obligan una y otra vez a revivir los mismos ocho minutos, idéntica situación a la padecida por el Bill Murray de Atrapado en el tiempo.

No hay que romperse la cabeza, porque tampoco lo han hecho los productores: del híbrido de esas dos historias surge Código fuente. Lo demás, una ficción apañada de forma un tanto chapucera –sobre todo en lo referente a las explicaciones matemáticas sobre ese viaje en el tiempo– que tiene, eso sí, un ritmo y una acción frenética y en la que, sorprendentemente, también hay espacio –muy breve– para el humor. Jake Gyllenhaal, Michelle Monaghan y Vera Farmiga hacen lo que pueden en este reducido universo de ocho minutos al que se reduce la película. Otros lo consiguieron, con menos medios y mucha más imaginación, Vigalondo sin ir más lejos.

Atención espoiler: Se me olvidó mencionar la única película que ha dirigido Dalton Trumbo (guionista que encabezó la famos Lista Negra y que escribió, entre otras, joyas como El sol sale mañana, Los valientes andan solos o Espartaco).

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