Pues bien, de todo esto, en la película, no hay absolutamente nada. El arranque nos advierte que podríamos estar ante una nueva versión de La Guerra de los Mundos (2005), o como mínimo con una actualización de Independence Day (1996). Pero a medida que pasan los minutos, comprobamos que lo que se nos ofrece son dos horas de la más estricta propaganda del ejército norteamericano en general, y de los marines en particular.
Todo perfectamente envuelto, lazo incluido, en una película de acción trepidante, técnicamente perfecta, a la que más que en el género de aliens invasores, deberíamos encuadrar en una mezcla de cine bélico aliñada con toques de videojuego. Que según parece, es a lo que desean aproximarse sus productores.
Invasión a la Tierra, contiene lo mejor del cine bélico de acción, pero también lo peor, o lo que es lo mismo, una colección de tópicos tan aburridos y repetitivos como el sargento con pasado atormentado –dicen que por su culpa murieron sus soldados–, el teniente novato y temeroso –que acabará martirizándose por sus carencias-, la mujer soldado valiente y chula –una especie de teniente O’Neil hispana–, y, como no, una completa sucesión de estampas heroicas varias. Y lo cierto es que el espectáculo de acción es de tal envergadura que el espectador no tiene más remedio que abandonarse ante semejante espectáculo, evitando así complejas reflexiones. Y así ocurre durante buena parte del metraje, pero, y ese uno de los problemas, cuando el tren de la acción se detiene y los personajes intentan componer un diálogo más o menos coherente, la película se desinfla y vemos que tras ella sólo hay humo. Así, frases como "¿Quién es John Wayne?", más que como homenaje a John Ford o al propio Wayne, sólo sirven para marcar las distancias –enormes– entre aquellos y éstos.
Entre sus protagonistas, Aaron Eckhart y Michelle Rodríguez, dos aspirantes a estrellas que no acaban de encontrar su lugar en Hollywood, y que son los únicos a los que director y guionista han querido favorecer en el reparto de frases tópicas. El resto desaparece de escena sin que nos importe lo más mínimo, incluida una desaprovechada Bridget Moynahan, actriz a la que afortunadamente estos días podemos ver en la serie Blue Bloods.
En resumen, una ‘mascleta’ de ruido, disparos, sustos y efectos, tras la que se esconde este bien construido vídeo clip pro-marines, que quizá le robe el primer puesto de la taquilla a Torrente 4, y que a su director le catapulta para dirigir la secuela de la inapetente Furia de Titanes. O al menos, así lo aseguran en Hollywood.
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