En lo que parecen no haber avanzado demasiado sus creadores es en construir un argumento sólido que pueda dar cabida a un variado y entretenido número de gags, que al fin y al cabo es lo que uno espera de este tipo de historias. Así, aún cuando la premisa de la huida/desaparición del conejo de pascua, Hop, haga saltar todas las alarmas, y su posterior encuentro con un humano llamado Fred (James Mardsen) hagan prever una sucesión de arriesgados momentos de slpastick, la realidad es muy distinta.
Tim Hill, el director, y sus guionistas (Cinco Paul, Ken Daurio y Brian Lynch) han despreciado casi por completo a algunos de los personajes reales –los padres de Fred aparecen desdibujados–, apostando, sin pasarse, por algunos de los animados, entre ellos los pollos Carlos y Felipe (en el original ambos con la voz de Hank Azaria) a los que en la versión española escucharemos con el acento de Los Morancos. Tampoco la presencia de Hugh Laurie (Dr. House), en la versión original, aporta el suplemento de encanto que cabría esperar, entre otras cosas porque su personaje no tiene ni presencia, ni diálogos para ello.
Igual de desaprovechada es la presencia Elizabeth Perkins (Weeds) y del otro gran mito televisivo de la película, David Hasselhoff, quien se permite el lujo de parodiarse ofreciendo, tal vez, algunos de los mejores y más divertidos gags. Baste decir, que Hop no tiene mucho que ver con Gru, mi villano favorito –por mucho que nos la presenten como “de los creadores de…”–, y donde éste último alcanzaba el notable, esta no supera ni el suficiente.
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