Más allá del simple documental, lo que Inside Job nos ofrece es una auténtica lección de historia reciente, cuyo visionado debería ser asignatura obligatoria en la educación secundaria y universitaria de todo el mundo.
Partiendo del caso de Islandia, uno de los primeros países en vislumbrar el abismo de la crisis inmobiliaria, y por tanto la crisis financiera de 2008 –sí, la misma por la que todavía transitamos con final incierto-, el documental hace un recorrido, pormenorizado, profundo y extenso sobre cómo se gestó la crisis económica mundial, quiénes participaron, cómo y quiénes lo permitieron, y por último, quiénes son los culpables y cómo han pagado por ello.
A medida que avanza la historia, nos resulta frustrante pensar en la situación hacia la que los bancos, los bancos de inversiones, el gobierno de EE.UU., sus expertos asesores y economistas, y las agencias de calificación de riesgos nos han abocado. No por conocida –miles de horas en prensa y televisión así lo atestigua- nos resulta menos sorprendente que una administración, la norteamericana, haya consentido semejante ‘estafa’ en aras de la desregulación financiera.
El trabajo del director, Charles Ferguson, y de sus guionistas, Chad Beck y Adam Bolt, repasa todos los aspectos de la crisis, convirtiendo la historia en una investigación apasionante y aleccionadora en su proceso, y terrorífica en su conclusión. Inside Job está basada en miles de entrevistas realizadas a políticos, directivos de bancos de inversiones, profesores, asesores de políticos y economistas, y a través de ellos, Ferguson nos muestra la auténtica y terrible realidad de unos hechos de los que todavía estamos sufriendo sus consecuencias: el derrumbe financiero a nivel mundial, ha supuesto más de 20 billones de dólares en pérdidas y, como resultado, millones de personas han perdido sus casas y sus empleos.
Ferguson, Beck y Bolt, demuestran que no son necesarios grandes medios, ni siquiera una puesta en escena espectacular, para construir un relato intrigante y atractivo. Los hechos, en este caso las palabras, hablan por si solas. Ellos y sus protagonistas nos trasladan la emoción –terrible–, de una realidad de la que tardaremos muchos años en recuperarnos.
La profesionalidad de este equipo quedó demostrada de forma contundente en 2007 con su anterior trabajo, No End In Sight, un repaso al estilo con el que la administración Bush llevó a su país hasta la segunda Guerra de Irak . Trabajo por el que estuvo nominado a un Oscar que no ganó, pero que este año sus compañeros de profesión en Hollywood no han podido escamotear, consiguiendo, con todo merecimiento el Óscar al Mejor Documental. Baste añadir que la estrella Matt Damon, ha reconsiderado su postura de apoyo al presidente Barak Obama, justo después de haber prestado su voz como narrador en esta película. Por todo esto, sería mucho más que imperdonable perderse este magnífico trabajo.
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