domingo, 3 de abril de 2011

"Encontrarás dragones", inapetente e innecesaria

El director británico Roland Joffé, después de ofrecernos muestras de su mejor cine durante los 80 con Los gritos del silencio (1984) y La Misión (1986), y de entretenerse dirigiendo proyectos tan variopintos como Vatel (2000) o Cautivos (2007), se ha decidido por una historia ajena, que él mismo se ha encargado de escribir y dirigir.

Encontrarás dragones resume la vida de dos amigos de infancia, Josemaría (Charlie Cox) y Manuel (Wes Bentley), durante los primeros años de la II República española y cómo la Guerra Civil influirá en sus vidas. El primero decide entregar su vida y su destino a Dios para poner en marcha un proyecto que terminará llamándose Opus Dei (Obra de Dios), mientras el segundo opta por integrarse en una brigada de anarquistas, donde ejercerá de espía al servicio de las tropas fascistas. La Guerra Civil sacará lo mejor, en el caso de Josemaría, y lo peor en el de Manuel.

Sorprende que un director tan declaradamente agnóstico se haya atrevido a narrar una historia tan distante, geográfica y espiritualmente hablando. Sobre todo si tenemos en cuenta que este relato de vidas paralelas, contado desde el punto de vista de un periodista –el hijo de Manuel, interpretado por Dougray Sott–, sirve más para ensalzar los orígenes del fundador del “Opus Dei”, que para apostar de forma decidida por el drama bélico. Y todavía más, cuando el propio director, en su presentación en Madrid, ha corroborado no tener vinculación alguna con "La Obra", al tiempo que se ha atrevido a asegurar que "el Opus Dei no existe".

Joffé desaprovecha las partes más intensas, en ocasiones las más oscuras, de un personaje tan contradictorio y apasionante como Josemaria Escriva de Balaguer: así, de los dragones a los que alude el título –“todo santo tiene un pasado”- finalmente no queda prácticamente nada en la pantalla. El resultado es una película irregular, en la que los personajes no consiguen empatizar con el espectador, quizá por un guión en el que las escenas de acción –algunas resueltas de forma atropellada- se ven lastradas por otras excesivamente discursivas.

La película está rodada en inglés, entre España (Segovia) y Argentina, y en ella, además de los actores mencionados a los que cabe añadir la desaprovechada belleza de Olga Kurylenko, también destaca la participación de españoles como Geraldine Chaplin, Ana Torrent, Jordí Mollà o Unax Ugalde, entre otros.

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