Jaume Balagueró es uno de los culpables de que nuestro cine se sitúe en los primeros lugares en la clasificación general del género de terror. Casi de forma paralela, y a su sombra en algunos casos, han ido surgiendo cineastas como J.J. Bayona, Paco Plaza, Luis Berdejo o los hermanos Álex y David Pastor. En el caso de Balagueró, productos como Los sin nombre, Darkness y sobre todo Rec –codirigida con Paco Plaza–, avalan un currículum que pedía a gritos un salto significativo dentro de un género que comenzaba a limitar sus aspiraciones. Mientras duermes es ese paso, no de gigante, pero sí fundamental. Y es sin ninguna duda su mejor película hasta la fecha, la mejor dirigida, la mejor escrita –el guión está firmado por Alberto Marini, asesor de multitud de proyectos para Filmax y del que ha surgido la novela que ha dado paso a este ingenioso thriller psicológico– y también, probablemente, la mejor interpretada.
Al contrario que en sus anteriores historias, Mientras duermes profundiza en la mente del criminal, en sus temores, sus gustos, sus costumbres y sus problemas. Es por tanto la elección del punto de vista –el del psicópata– la que enriquece el relato de Balagueró y la que le permite un alto grado de originalidad. Luis Tosar es César, un portero de finca urbana con una vida anodina, insípida, un tipo prácticamente invisible a los ojos de los vecinos del edificio en el que ejerce. Hasta que su vida se cruza con Clara, la vecina del 5ºB, a la que le pone cara la otra gran promesa femenina de nuestro cine, Marta Etura. César es, como escuchamos miles de veces, un tipo normal, algo introvertido, pero amable al primer contacto y, en ocasiones, con una tibia sonrisa complaciente. Pero eso no es más que una fachada. La realidad es que César esconde mucho más de lo que enseña. Y jugando con sabiduría la carta del suspense, Mientras duermes se nos presenta como un relato de terror bajo el que se esconde todo un tratado de psicología, el de su protagonista.
El director, gracias a un guión perfectamente dosificado, a su maestría para el género y a un elenco de matrícula, nos ofrece un relato inteligente, atractivo y emocionante, tal vez una de las mejores películas del año, brillantemente interpretada por Luis Tosar y Marta Etura, pareja predestinada a coincidir en el cine –La vida que te espera, Casual Day– y en la vida real, y de la que guardamos un emocionante y grato recuerdo gracias a su gran trabajo en Celda 211.
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