lunes, 2 de abril de 2012

"Mi semana con Marylin", retrato íntimo y tierno

Es necesario advertir que lo que ofrece Mi semana con Marilyn no es una biografía de la estrella, ni lo pretende. Igualmente, la actriz que la interpreta, Michelle Williams, no hubiese resultado ganadora en un concurso de dobles de la Marilyn Monroe. Sin embargo, este trabajo de Simon Curtis resulta uno de las mejores y más acertadas aproximaciones a la sensibilidad y el espíritu del icono sexual de los sesenta.

Mi semana con Marilyn se presenta como la adaptación de un hecho real, los días que la actriz pasó en Inglaterra durante el rodaje de El Príncipe y la Corista a través de los ojos del tercer ayudante de Dirección de Laurence Olivier, Colin Clark, pero en realidad es una novela. Al menos una novelización de estos hechos. Y lo es porque en realidad, esta es la única forma de ser fiel al espíritu que tanto las memorias en las que se basa –El Príncipe, la Corista y yo, y Mi semana con Marilyn– como la película intentan transmitirnos.

Aquí la protagonista no es una estrella, sino una persona, una aspirante a gran actriz, frágil, tierna y tremendamente insegura que viaja a Londres para rodar con uno de los más grandes actores del momento, Sir Laurence Olivier. Lo que el director nos muestra, a través de los ojos de un joven inexperto –y aparentemente tontorrón– Colin Clark, no es más que lo que muchos años después hemos llegado a conocer a través de documentales y reportajes, pero que la ficción no se había atrevido a mostrar hasta ahora: la parte íntima, las dudas, las inseguridades, la humanidad, los defectos y temores con los que tuvo que vivir Marilyn hasta que un 5 de agosto de 1962 se quitó la vida.

Ya hemos dicho que Michelle Williams no es quizá la imagen de actriz que muchos tendrían en mente para interpretarla. Sin embargo, una vez superados los primeros temores causados por su leve parecido, hay que reconocer su enorme capacidad y talento para alcanzar el corazón del espectador a fuerza de ternura, sensibilidad y miradas. Williams se ha llevado el Globo de Oro por ello con todo merecimiento. Ella y el resto del reparto –Kenneth Branagh, Judy Dench, Emma Watson y Eddie Redmayne– son, junto con el guión, el mejor argumento de esta brillante y humilde crónica de juventud.

Sólo su envoltorio y un cierto tono a tv movie, –su director, Simon Curtis, lleva años realizándolas para la BBC– impiden que Mi semana con Marilyn sea todavía mucho más grande de lo que es. Pero eso es hilar muy fino, para una película que se paladea y se disfruta de principio a fin.

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