miércoles, 6 de abril de 2011

"En un mundo mejor", un drama sobrio y genial

Dice la directora de En un mundo mejor, Susanne Bier, que su película “explora las limitaciones con las que nos encontramos al intentar controlar la sociedad y nuestras vidas personales”. La venganza –que es precisamente su título original en danés, Haevnen- es lo que según la directora, se encuentra latente en nuestra sociedad. Y eso ocurre de forma similar en Dinamarca o en un campo de refugiados africano, tal y como se retrata en la película.

Su película, relata la relación entre dos niños, Christian y Elias, y sus respectivos entornos. Christian intenta superar la muerte de su madre a causa de un cáncer terminal, mientras mantiene una relación distante y culpable con su padre, Claus. Elias, tiene el cariño de dos padres a punto de divorciarse, pero sufre el acoso escolar. Entre ellos surgirá un vínculo especial, que Christian aprovechará para poner a prueba la amistad de Elias.

A partir de esta historia, Susanne Bier plantea interrogantes tan intensos y trascendentales, como por ejemplo la forma en la que afrontamos la muerte de nuestros seres queridos. “Lo que nos separa de la muerte es como un velo –explica uno de los protagonistas-, y cuando muere alguien muy cercano a ti, ese velo desaparece y ves su auténtica cara. Después, pasa el tiempo y el velo vuelve a su sitio”.

La muerte como detonante, que deja espacio al caos y a la violencia, y que en ocasiones, hace que nos tambaleemos al borde del abismo. Y son esos espacios los que muchas veces nos llevan muchas veces a saltarnos las leyes y convertirnos a nosotros mismos en jueces, cuyos actores responden tan sólo a un ansia de venganza.


La directora y su guionista, Anders Thomas Jensen, recogen todo eso y nos lo plantan en nuestras mismas narices, con un estilo intimista, sin prepotencia, con nitidez pero sin artificios. Con ese estilo, tan directo, en ocasiones excesivamente sobrio, es como está película se ha colado entre las nominadas al Oscar a la Mejor Película en Habla No Inglesa, y con el que, sorprendentemente, consiguió ganarlo.

Bier, que también participó en 2002 del movimiento Dogma de Lars Von Trier con Te quiero para siempre, tiene una filmografía bien nutrida de premios, y está muy bien considerada en Europa, pero también en Hollywood. Brothers (2004), recibió premios en Sundance, entre otros, y ‘padeció’ el típico e innecesario ‘remake’ en 2009 a manos del también adoptado Jim Sheridan . Con Después de la boda (2006) llegó a la nominación al Óscar, lo que le valió ser tentada para dirigir en EE.UU. Cosas que perdimos en el fuego (2007). La prueba de que cada vez se mueve mejor rodando en inglés, es que Susanne Bier se preapra estos días para dirigir All you need is love, comedia romántica protagonizada esta vez por el británico Pierce Brosnan.

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