jueves, 7 de abril de 2011

"Invasión a la Tierra", + guerra que aliens

Cuentan en la información promocional de Invasión a la Tierra que, durante la noche del 24 al 25 de febrero de 1942, mientras todo EE.UU. vivía en alerta temiendo una posible invasión japonesa, los habitantes de Los Angeles se despertaron con el sonido de sirenas debido a una incursión aérea. Aquel hecho, todavía sin esclarecer, sirve de inspiración para ésta película.

Pues bien, de todo esto, en la película, no hay absolutamente nada. El arranque nos advierte que podríamos estar ante una nueva versión de La Guerra de los Mundos (2005), o como mínimo con una actualización de Independence Day (1996). Pero a medida que pasan los minutos, comprobamos que lo que se nos ofrece son dos horas de la más estricta propaganda del ejército norteamericano en general, y de los marines en particular.

Todo perfectamente envuelto, lazo incluido, en una película de acción trepidante, técnicamente perfecta, a la que más que en el género de aliens invasores, deberíamos encuadrar en una mezcla de cine bélico aliñada con toques de videojuego. Que según parece, es a lo que desean aproximarse sus productores.

Invasión a la Tierra, contiene lo mejor del cine bélico de acción, pero también lo peor, o lo que es lo mismo, una colección de tópicos tan aburridos y repetitivos como el sargento con pasado atormentado –dicen que por su culpa murieron sus soldados–, el teniente novato y temeroso –que acabará martirizándose por sus carencias-, la mujer soldado valiente y chula –una especie de teniente O’Neil hispana–, y, como no, una completa sucesión de estampas heroicas varias. Y lo cierto es que el espectáculo de acción es de tal envergadura que el espectador no tiene más remedio que abandonarse ante semejante espectáculo, evitando así complejas reflexiones. Y así ocurre durante buena parte del metraje, pero, y ese uno de los problemas, cuando el tren de la acción se detiene y los personajes intentan componer un diálogo más o menos coherente, la película se desinfla y vemos que tras ella sólo hay humo. Así, frases como "¿Quién es John Wayne?", más que como homenaje a John Ford o al propio Wayne, sólo sirven para marcar las distancias –enormes– entre aquellos y éstos.


Entre sus protagonistas, Aaron Eckhart y Michelle Rodríguez, dos aspirantes a estrellas que no acaban de encontrar su lugar en Hollywood, y que son los únicos a los que director y guionista han querido favorecer en el reparto de frases tópicas. El resto desaparece de escena sin que nos importe lo más mínimo, incluida una desaprovechada Bridget Moynahan, actriz a la que afortunadamente estos días podemos ver en la serie Blue Bloods.

En resumen, una ‘mascleta’ de ruido, disparos, sustos y efectos, tras la que se esconde este bien construido vídeo clip pro-marines, que quizá le robe el primer puesto de la taquilla a Torrente 4, y que a su director le catapulta para dirigir la secuela de la inapetente Furia de Titanes. O al menos, así lo aseguran en Hollywood.

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